Revista Juguetes visitó la fábrica Ruibal Hnos. para conocer la opinión de sus responsables sobre la situación del sector, y también del rubro juegos de mesa, gran protagonista del 2020. Una buena ocasión también, para hacer un balance por este 50° aniversario del proyecto iniciado por Raúl y Luis Ruibal. A continuación, el resultado
Por Revista Juguetes
Fotos Jazmín Arellano
Aunque son jóvenes llevaron el timón en una difícil situación, ¿cómo han vivido el período de aislamiento y cierre de actividades?
Mariano Ruibal. Nuestros padres vivieron muchas crisis económicas, pero no creo que hayan vivido algo parecido a esto, que fue muy atípico. Los primeros meses veníamos sólo nosotros cuatro porque nos comprometimos a llevar adelante la fábrica. Sobre fines de mayo 2020 se sumó de a poco el personal que comprendió la situación y colaboró haciendo tareas que tal vez no hace habitualmente.
Diego Ruibal. El antecedente es la crisis de la gripe A, pero en aquella época todas las industrias siguieron trabajando. Desde hace años, decidimos terminar Navidad con stock para afrontar la poca o mucha demanda que tengamos en el período de vacaciones. Así que no tuvimos problemas para atender la demanda de los primeros meses de cuarentena. Para no arriesgar al personal, generar ventas, atender nuestras obligaciones y al mismo tiempo cobrar la mercadería ya vendida, decidimos venir solo nosotros. Con el tiempo, las jugueterías comenzaron a vender online, subió el consumo de juegos de mesa y entonces comenzó a caer nuestro stock. Recién a mediados del 2021 pudimos estabilizar la situación.
Fernando Ruibal. Hacia afuera no se notó el aislamiento porque generábamos venta todos los días. Teníamos stock de mercadería y contamos con el beneficio de que, al no ir los chicos a la escuela, las familias necesitaron alternativas para su entretenimiento. Pero en determinado momento, la venta superaba la producción.
Carlos Ruibal. Los compromisos de exportación con que contábamos nos permitieron incorporar personal. Mientras muchas empresas dependían del ATP, nosotros pudimos generar negocios para hacer frente a la incertidumbre Así también, fue volviendo la gente.
Mariano Ruibal. La mayoría de nuestros empleados vive lejos, viaja en tren. Muchos son mayores de 60; alguno con problema crónico de salud. Así que su vuelta demoró mucho tiempo. La mitad del personal no se reincorporó hasta fines del 2020.
D.R. Acondicionamos la fábrica con espacios de aislamiento, productos básicos de protección y protocolos. Antes de la autorización del gobierno teníamos el personal seleccionado y las funciones asignadas.
F.R. No esperamos a que la solución nos llegue de afuera. Pero el proceso tampoco fue sencillo porque durante quince días tuvimos que cerrar la fábrica porque un empleado rompió la burbuja y se contagió.
¿Cómo se lidera un grupo de trabajadores en estas circunstancias?
F.R. El personal vino a trabajar convencido y con la mejor predisposición porque entendieron la necesidad y lo importante de ponerse en acción para sostener la fuente laboral. Si las cosas no cambiaban rápido se podía complicar. Al mismo tiempo, nosotros cuatros fuimos parte de la dinámica del trabajo en el área que nos demandara la situación.
D.R. Ninguno de los trabajadores se opuso a volver a trabajar, incluso aquellos que no podían hacerlo por las restricciones querían volver. Además del excelente grupo de trabajo con que contamos, esta cultura viene de nuestros padres. Es una de las virtudes que heredamos.
C.R. Es el resultado de todo un trabajo previo. Sabemos que muchas empresas tuvieron que enfrentar las excusas de sus trabajadores para no volver. Pero algo de no pensar en sí mismo sino de ser solidario, hizo que la gente volviera con excelente predisposición.
Con todo el personal reintegrado ¿cómo es la cotidianeidad hoy?
C.R. Hay que estar reforzando todo el tiempo la cuestión del cuidado y la seguridad. Al principio había mucho miedo y prevención de no tocar lo que otro hubiera tocado, desinfectar todo. Hoy mantenemos los protocolos y, sobre todo, la capacitación con un ingeniero en Seguridad e Higiene para no relajarnos.
D.R. Tratamos de que nadie se relaje para no producir ninguna crisis. Con las charlas periódicas del ingeniero reforzamos los conceptos que se dan desde el principio. Incluso para sacarle miedo a la gente.
¿Qué novedades trajo la pandemia que para ustedes quedarán ya de manera definitiva?
M.R. El cliente se acostumbró al e-check y la transferencia por sobre el cheque físico, por ejemplo. Eso fue instantáneo y si tuvieras un cobrador, hoy tendría el 70% menos de trabajo. Creo que esa es una modificación que llegó para quedarse.
F.R. Las ventas también seguramente cambiaron. En el futuro el comercio se desarrollará mucho más por internet que yendo a una juguetería; la pandemia ayudó a acelerar ese proceso. De hecho, la gran mayoría de nuestros clientes hoy vende también online.
C.R. La pandemia aceleró todas estas modificaciones cuatro o cinco años. Y plataformas como Mercado Libre trajeron el acostumbramiento a una comodidad que va a ser difícil revertir.
D.R. La liquidación de las exportaciones, por ejemplo, se tramitaba con una carpeta que la sucursal del banco enviaba a la central para que autorizaran la acreditación en tu cuenta. Hoy todo ese trámite es virtual. Ya no existe el papelerío. Y un impacto secundario es la necesidad de aprender a usar herramientas nuevas. Una capacitación necesaria.
M.R. Salvo las grandes empresas, la gran mayoría de las pymes no estaba preparada para este cambio tan repentino ni para el home office. Para pagar sueldos, tuvimos que venir a la empresa porque no podíamos ni sabíamos hacerlo desde casa. Nos asistió la empleada que se encarga de eso a través de video llamadas. Así, cumplimos nuestra obligación de pagar sueldos.
C.R. Totalmente a la inversa sucedió con las exposiciones. Todas las exposiciones virtuales fracasaron. Por eso esperamos que por la necesidad del contacto humano y la presencialidad la edición de la Feria del Juguete en abril sea un éxito.
La presencialidad en los negocios ¿no está amenazada por la influencia de las redes? ¿Los negocios serán sólo a través de mensajes de whatsapp?
C.R. Nosotros somos físicos y digitales pero los chicos más jóvenes ni hablan por teléfono. No sé si es un problema generacional. Valoramos lo presencial y creo que ese es el camino que tienen que recorrer las jugueterías. Aunque no sé si les interesa a los chicos, la experiencia de tocar, probar, consultar es el valor agregado de las jugueterías. Ahora, llegar a la juguetería es el resultado de un camino que empieza en las redes como TikTok o Instagram
M.R. Con el alto consumo que hay hoy, surgieron otros valores y conductas en los chicos, incluso como compradores.
F.R. Ya casi ningún chico de entre 15 y 20 años ve televisión tampoco. Posiblemente sean digitales y compren eligiendo sus productos por fotos en las redes.
D.R. La realidad es que mientras el común de las personas dice que la play es un problema, nosotros no lo vivimos porque en nuestros números cada vez vendemos más juegos. No se está cayendo la venta. Obviamente, hay que generar productos, pero una vez captada la atención en las redes, van al juego físico.
M.R. Lo disfrutan más, incluso. Cuando descubren lo que pueden hacer sin la ayuda de la tecnología, tienen una experiencia que no se olvida más. En plena cuarentena, con todo cerrado, muchos amigos con tal de verse se juntaban en alguna casa para jugar. Y hoy tal vez es una opción a una salida grupal.
F.R. Es que con la tecnología se llena el bache que produce haber perdido el sentido de la experiencia.
C.R. Con la pandemia, mucha gente descubrió el jugar. Y eso va a quedar también, por lo menos en una gran cantidad. Realmente apelaron al Carrera de mente, o el Rapigrama o cualquier otro juego para pasar el tiempo creativamente.
¿Cuál es el producto que funcionó mejor en la pandemia?
C.R. Lo que había se vendía, así que funcionaron todos. Las situaciones durante la pandemia fueron muy diferentes, pero hubo un producto para cada una: el que vivía solo, el que tenía pareja, los que la pasaron en familia.
D.R. Los clientes nos llamaban y preguntaban qué no teníamos; de lo que sí pedían de todo. Había una necesidad impresionante de tener mercadería. Aunque hubo productos que levantaron la venta, todos se vendieron en su justa medida. Quizás los más estacionales o menos conocidos despegaron un poco más.
F.R. Ante el faltante y por la situación, los que había se consumieron mucho.
M.R. Porcentualmente fue parejo; más, en todos.
Llegar a los 50 años al frente de la empresa es una responsabilidad ¿Qué queda por esperar de Ruibal de acá en más?
C.R. Otros 50 más. Mirar para atrás como referencia todo lo que se hizo y eso que sea el respaldo para seguir haciendo. Cincuenta años para una empresa no es poco; en Argentina, es mucho y sin haber cambiado la razón social son muy poquitas.
M.R. No sé si pienso en la responsabilidad. Pero te preguntás cómo pasó tanto tiempo... lo que era la fábrica hace 30 años, cómo se trabajaba.
C.R. Beatriz Sauret, directora de carrera de diseño de la Universidad de san Andrés, trabajó con un grupo de chicos una tesis final sobre cómo se ve Ruibal de acá a 5 años. Y no lo veo con cambios revolucionarios en los juegos; sí en la tecnología para hacerlo, en las ventas; cambia todo el entorno, pero no el tipo de juegos. No me imagino para nada nuestros productos desarrollándose en el mundo virtual. Todo el periférico sí: venta, bancos, cobranza, tecnología aplicada desde todo punto de vista, pero trabajando en el juego físico.
F.R. Yo imagino lo mismo. La fábrica más tecnificada pero la esencia de los juegos igual. Es que nuestra mentalidad es la de la familia unida, la gente jugando alrededor de una mesa y eso nos aleja un poco de la imaginación de la simple tecnología. Pienso que somos un cable a tierra para esa gente que está todo el día con el telefonito.
D.R. El proceso será el mismo. No imagino cambios drásticos. Crecemos al mismo tiempo que la empresa y nos asombramos día a día de los cambios e incorporamos cosas nuevas. Pero no imagino a Ruibal con un desarrollo de juego electrónico. Quizás sí acercarnos un poco más a plataformas, o complementaciones con lo tecnológico.
C.R. Es que la gente con tanta tecnología va a bajar a tierra ahí. Seguramente no sea la oca, la dama el juego que ofrezcamos. Pero será físico
D.R. Con la tecnología se está dando la vuelta. Hay una generación que explotó con la tecnología y que dijo que no a todo. Y de repente, le pusieron un juego de mesa y con veintipico volvió a descubrirlo. Esto va a arrastrar a generaciones posteriores
PROFESIONALIZAR EL COMERCIO MINORISTA
“Hay un tema con el personal de las jugueterías porque en este rubro es más frecuente el uso de empleados temporarios en las fechas fuertes. Y esos empleados quince días antes trabajaban en una farmacia y quince días después, tal vez tengan trabajo en una pizzería. Pero, por otro lado, hay que dejar de ver la capacitación como un problema, pensando en que el empleado capacitado va a pedir aumento de sueldo o se va a ir a otro empleo” Carlos Ruibal
“Las jugueterías van a tener que amoldarse también a este nuevo escenario y no ser sólo el lugar donde se despacha el producto sino también que se tendrá que especializar de tal manera de atraer al cliente. Se terminó el despacho con la venta online. Especializarse no solo para captar la venta deseada por el cliente sino también la forzada por vos. Lo barato no le sirve al negocio. El desafío es articular una venta de un producto con buena rentabilidad, más brindar servicio al cliente” Diego Ruibal
“La capacitación va a ser fundamental. Hay jugueterías que tal vez tienen la espalda para capacitar a sus empleados, pero va a ser fundamental para todas. Si un cliente entra a una juguetería –o cualquier clase de local- y encuentra un vendedor joven que le explica, lo guía en la elección, lo asesora, estemos seguros de que ese cliente vuelve. Es la idea de la fidelización. Aunque pague más por el producto que lleve va a volver” Fernando Ruibal
“Con las crisis el que vende barato, más allá del servicio que brinda, todavía logra llegar al público. Pero cuando la situación mejora, el público busca mejor atención, que el negocio sea lindo, es decir no decide por el precio. Entonces el comerciante tiene que detectar la necesidad de su cliente, que no es sólo la del producto, sino la experiencia y el uso que él le dará a ese producto. La idea es que el cliente que llega al local encuentre quien le explique el funcionamiento del juego. Porque en las plataformas comerciales están todas las opciones por precio” Mariano Ruibal