Revista Juguetes propuso a la Dra. Cecilia Rizzuti miembro del Comité Nacional de Prevención de Lesiones y de la Sociedad Argentina de Pediatría, un temario de reflexión sobre la importancia del jugar y los juguetes en la infancia. Su mirada profesional aporta muchas ideas útiles para el quehacer de la industria juguetera. A continuación, entonces, el resultado.
Por Revista Juguetes
Fotos Jazmín Arellano
¿Qué rol tienen para usted los juguetes en el desarrollo saludable de un niño o niña hoy en día?
Los
juguetes cumplen un rol muy importante como instrumentos del juego, actividad
fundamental en el desarrollo de las infancias. Jugando se aprende a enfrentar
situaciones que generan miedo, frustración, enojo se estimula la empatía y la
compresión. Lograr resolver las dificultades que el juego propone incrementa la
autoconfianza, se adquieren nuevas habilidades motoras y verbales, se aprende
sobre reglas …las virtudes de jugar son infinitas para el desarrollo.
Pensando en este desarrollo. ¿Qué cualidades considera que deben tener los juguetes según cada edad?
Todos
los objetos que los niños manipulen deben ser seguros para la edad de los
usuarios y acompañar las necesidades especiales de cada pequeño, facilitando un
desarrollo saludable en su comunidad, su entorno, su escala de valores, su
condición física, psicológica y emocional. Los juguetes, criteriosamente
elegidos, pueden ayudar a cumplir objetivos que exceden lo estrictamente
lúdico, como la socialización, la exploración del entorno, el desarrollo de la
motricidad fina y gruesa, la promoción de la actividad física y la prevención
de enfermedades no transmisibles, por ejemplo, la obesidad.
¿Cuáles son los criterios correctos que puedan orientar a los padres al momento de elegir un juguete para sus hijos? ¿Deben consultar a los niños sobre su preferencia, por ejemplo?
Como
regla general el juguete debe ser adecuado para la edad y el desarrollo,
elaborado con materiales y métodos seguros, idealmente elegido de forma
personalizada, porque ese objeto va a promover un tipo de juego en un ámbito
específico, para una personita que crece en una realidad particular. Aunque
acompañar las preferencias de manera respetuosa y empática puede ayudar a
promover el juego, “ir más allá”, buscar nuevos intereses y promover nuevas
habilidades es un desafío interesante.
Mediante
juguetes que representan figuras u objetos (tales como muñecas,
animales, y figuras de acción, alimentos, autos, aviones y edificios), los
niños representan situaciones, emociones y acontecimientos de la vida cotidiana
en las que se requiere el uso de las palabras que luego se agrupan en
historias. Estas actividades colaboran con el desarrollo del lenguaje, la
expresión de las emociones, la adquisición de tolerancia a la frustración.
Los bloques, figuras/moldes, rompecabezas y trenes también fomentan las
habilidades motoras. Las posibilidades son infinitas, como habilidades
tempranas para las matemáticas, según sea la actitud del adulto que acompaña el
juego. Proponer otras opciones, como convertir los bloques en un tren, fila de
personas o caracol, quitar o poner piezas jugando a contarlas enriquecen el
tiempo compartido y estimulan la imaginación, la complicidad y la relación con
ese ser pequeño que descubre posibilidades de la mano de un otro. Estimular
la imaginación y con ella la creatividad son grandes aportes del juego y
sus compañeros, los juguetes.
Los libros para colorear, marcadores, plastilina, calcomanías junto al
grupo de los instrumentos musicales pueden ayudar a desarrollar la
creatividad y mejorar las habilidades motoras, expresar emociones y representar
situaciones de la vida cotidiana.
Las cartas- naipes- y los juegos de mesa, letras de juguete y
libros pueden crear oportunidades de comunicación familiar.
Los
libros de cuentos simples o con texturas, sonidos –respetuosos de los decibeles
sugeridos-pictogramas, imágenes troqueladas, acompañan al desarrollo del
lenguaje, la interacción social y la imaginación y abren la puerta al hábito de
la lectura.
Los
juguetes que requieren actividad física (como jugar con pelotas, juguetes
para empujar o tirar, para montar y triciclos) pueden ayudar al desarrollo
físico , mejorar la autorregulación y la interacción con pares, ya
que se requiere cumplir consignas y negociar situaciones que se presentan
cuando los niños juegan juntos.
La seguridad del juguete es una
preocupación constante de la Cámara y del sector. Existen lo que ustedes mencionan
“riesgos invisibles”, como los ftalatos o las piezas pequeñas. Desde la
pediatría ¿qué evaluación hacen sobre la seguridad de los juguetes que se
comercializan en nuestro país y que mejorarían lo que hacen las empresas en
cuanto a diseñar juguetes más seguros?
Los pediatras vemos con preocupación la inmensa cantidad de juguetes (y otros
objetos manipulables por niños pequeños) que circulan en el mercado de dudosa
calidad y procedencia. La reciente elaboración de un registro de incidentes por
juguetes (elaborado por integrantes de la Cámara del Juguete y pediatras del
Comité Nacional de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de
Pediatría) tiene como objetivo conocer la influencia de estos objetos en la
vida cotidiana de nuestras infancias y adolescencias. Esperamos que este
registro se convierta en un instrumento
de amplia difusión y llegada a las familias, a los vendedores, productores,
importadores de juguetes al personal de salud para que el estado cuente con los datos que se
requieren elaborar políticas públicas efectivas y pertinentes.
¿De qué manera el juego
refleja o da señales, para un pediatra, sobre el bienestar o malestar emocional
de un niño?
El
juego es una ventana al alma de las infancias, como expresión de su
emocionalidad, su desarrollo y su realidad cotidiana. Los pediatras observamos
el juego con atención para recabar esta información tan importante.
¿Cuánto influye la
calidad del juguete en la experiencia de juego? ¿Un juguete caro necesariamente
es mejor?
Calidad y precio no son sinónimos. La calidad es muy importante como garantía
de cumplimiento de normas internacionales referidas a la elaboración y estudios
en campo para determinar fallas inadvertidas durante el proceso de manufactura
del juguete.
¿Qué opina de la creciente
digitalización del juego? ¿Las apps o videojuegos pueden ser “juguetes
válidos”? ¿Hasta qué punto?
Muchos
de los juguetes tradicionales están disponibles ahora en versiones digitales. Las
interacciones humanas son indispensables para el desarrollo saludable de las
infancias. Los adultos debemos estar conscientes de esto para que, en caso de
estar presentes este tipo de juguetes en el hogar, su uso sea acompañado,
compartido, controlado por adultos que decidan responsablemente el tipo y
tiempo destinado a la actividad y enriquezcan la actividad con su propia
creatividad.
El tiempo que las infancias transcurren frente a las pantallas debe ser
idealmente mínimo, casi nulo excepto excepciones en los primeros años. La
elaboración de un plan digital familiar es esencial para familias con niños
mayores, con acuerdos que se respeten sobre los contenidos y condiciones de
uso, con el mayor compromiso e información parental posible para evitar lesiones
físicas, alteraciones del desarrollo y consecuencias de interacciones no
deseadas en el mundo digital.
Si pudieran crear el
juguete ideal, ¿Qué características tendría?
Como
escribió María Elena Walsh “quiero tiempo, pero tiempo no apurado, tiempo de
jugar que es el mejor”. El juguete ideal viene de la mano de un adulto
disponible y amoroso, que acompañe el juego libre en un entorno cuidado.
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