21/08/2025

Opinión. ¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE HOY EL DÍA DEL NIÑO?

Se acerca una nueva fecha y como siempre, el sector renueva su expectativa por un buen resultado. Pero, ¿qué hay detrás de la celebración? ¿qué le dice hoy a la sociedad esta fecha que la Cámara supo instalar y conservar desde hace tantos años? Consultamos a algunas referentes del sector, y también a diferentes personas del público.

Informe Revista Juguetes

Fotos Jazmín Arellano

 

ANOTACIONES AL MARGEN

Algunas condiciones de la época parecen debilitar el peso de la celebración que convoca a todo el sector juguetero cada tercer domingo de agosto.

En principio, el uso de palabras impronunciables (niñxs, niñ@s) o inexistentes (niñes) o de sustantivos abstractos como infancias, niñez o niñeces (¿?)  contribuye un poco a esta situación.

A su vez, por una demanda social los niños se han visto obligados a renunciar sin saberlo, claro, a su derecho a la inocencia. No tanto por la exposición al vértigo de la tecnología o a la inteligencia artificial, que son potencialmente interesantes herramientas educativas, sino sobre todo por la exposición que implica el uso absorbente de las redes sociales, un tiempo sin juego.

Finalmente, hay en las nuevas generaciones un sentido distinto de lo individual y los vínculos que indirectamente tienen su efecto en el lugar que ocupan hoy la maternidad, la paternidad y la crianza en la sociedad.

Sin embargo, las empresas jugueteras nacionales han entendido esta nueva realidad llevando adelante procesos y productos que ponen en juego valores muy importantes para la sociedad como la imaginación, la planificación, el trabajo, la calidad, el profesionalismo, el cumplimiento. Así, una nueva generación de empresarios jugueteros refuerza y vivifica una tarea imprescindible, que continúa una tradición de décadas que tuvo -entre otras virtudes- la de poner en el centro de su actividad la felicidad de nuestros niños. 

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Pablo Crovetto, Modelex- CAIJ

El Día del Niño sin duda es una fecha importante para el sector porque junto a Navidad son los momentos fuertes de ventas. Más allá de la mala situación económica actual el Día del Niño sigue siendo una oportunidad para que la familia pueda agasajarlos; así que todos hacen el esfuerzo por homenajearlos con buenos regalos y los juguetes son siempre una excelente opción. Independientemente de la fecha en que se celebre, el trabajo que llevó imponerla dio sus frutos porque otros intentos por imponer otras fechas –día del ahijado, día del nieto- no tienen esa repercusión. Eso significa que no sólo para el sector, sino para toda la sociedad los niños y niñas merecen nuestro cuidado, respeto y atención. Incluso más pensando en un mundo en el que la tecnología tiene un protagonismo cada vez mayor y no siempre beneficioso.

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María Jimena López, docente escuela media pública CABA

Considero que el Día del Niño es una oportunidad para que los chicos y chicas disfruten de ser reconocidos, compartan en familia, saboreen algo rico y, si es posible, reciban algún regalo.

Es un día para celebrar que están bien, que llenan nuestras vidas de alegría y que podemos compartir tiempo con ellos y ellas.

Además, me parece fundamental que esta fecha sirva para promover el reconocimiento y el ejercicio de los derechos de niños, niñas y adolescentes en nuestro país, y que se priorice el respeto pleno de los mismos.

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Pamela Márquez, nieta y sobrina de jugueteros. Chikitoys

En mi familia, el Día del Niño siempre fue un momento lleno de cariño y conexión, una excusa perfecta para celebrar y sentirnos orgullosos de lo que logramos juntos. Hoy, en un mundo que parece ir cada vez más rápido, sigo esperando con ganas ese día para compartir, disfrutar y reencontrarnos, especialmente al ver a los más chiquitos y chiquitas vivir la magia de abrir sus regalos. Ese mismo sentimiento de cercanía y alegría es lo que queremos transmitir con cada juguete que Chikitoys lanza al mercado: acercar a los niños y niñas a los adultos, y ayudar a que salgan un poco del aislamiento que provocan las pantallas.

 

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Oscar Vegher, Vegui- CAIJ

Es una fecha internacional (en Argentina el tercer domingo de agosto), en la que se celebra la infancia, y los adultos compartimos momentos y juegos con ellos. Se promueve no olvidar sus derechos, como la educación, protección, salud, juego y todo lo que necesitan para desarrollarse como personas.

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Juan Francisco Gazzano. Comunicador y publicista.

Sucede de manera muy frecuente y casi universal que cuando crecemos y nos hacemos adultos, la vida cambia tanto que nos olvidamos de muchas cosas importantes. Nos vamos distrayendo con carreras, oficios, obligaciones y cansancios. Es recién cuando nos convertimos en padres y madres que inevitablemente recordamos la importancia de muchas cosas de la vida. Una de ellas, quizás la más importante de todas, es la magia de la infancia. Vemos en nuestros hijos e hijas pequeños y enormes signos. La alegría de un juego que les encanta y repiten sin hartarse, la sorpresa de un regalo que los espera sin aviso o la euforia de romper los papeles envoltorios de un regalo que tanto esperaban. Esos juguetes y esos momentos se convierten en estandartes de la infancia, que ayudan a sostener esa magia que los rodea y los cobija y los rumbea.

La poeta Louise Glück dijo una vez que miramos al mundo una sola vez, en la infancia, y que el resto es memoria. Hay una simpleza en la frase que es equivalente a la verdad que sostiene. Cuando vamos creciendo y nos vamos poniendo serios y quizás un poco apáticos, solo tenemos ese recurso de la memoria para volver a la magia. Nos cuesta asombrarnos, maravillarnos, perdernos en el juego y en la aventura. Para que esos adultos del futuro tengan una vida saludable, alegre y valiente, es vital que sus infancias estén llenas de colores y canciones y juguetes.

Hay un rincón en nuestros corazones que guarda para siempre esos momentos que se vuelven recuerdos. Los juguetes y los regalos son los dispositivos que facilitan esa memoria, esa nostalgia, ese refugio de vida. El día del niño es la celebración máxima y total de esa trinchera de la vida que tanto necesitamos para ir después a las universidades, a los trabajos, a los proyectos y a las relaciones que tenemos y a la que le ponemos tanta energía.

Un juguete es una inversión que no tiene la más mínima chance de salir mal. El día del niño es la oportunidad por excelencia para hacer crecer la maravilla de la infancia y los juguetes son las mejores herramientas para ir construyendo el palacio de la alegría que no se cae o se corroe por más que pase el tiempo, por más que nos bombardeen las adversidades, por más tristezas y tormentas que tengamos que atravesar. La infancia es mirar al mundo jugando para luego edificar con esos andamios todo lo demás. El día del niño es el momento y la celebración culminante de esa tarea. Por eso es la celebración de lo más importante, porque es en la infancia en donde mejor vive la esperanza. 

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Nahuel Costenla, Chichess- CAIJ

Es un día que hay que verlo no tanto enfocado en el área comercial, sino desde el desafío que enfrenta el rubro en darle un valor familiar suficientemente importante como para que los juguetes sean el aporte fundamental para el desarrollo de las criaturas. Eso implica aceptar el desafío de invitar, con nuestros productos, a las familias de salir del facilismo de darles un celular o tablet e incorporarse y ser parte del aprendizaje lúdico de los niños y las niñas para fomentar su desarrollo intelectual y creativo.

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Lorena Ratto, empleada de comercio

Siempre es bueno tener una fecha para la reunión familiar y homenajear a los más chicos. Tengo hermosos recuerdos de los Día del niño de mi infancia, no hace mucho tiempo de eso. Esperaba con mucha emoción los juguetes y regalos que mi familia me daba. Hoy en día con mi sobrino sucede lo mismo; toda la familia está pendiente de celebrar el día agasajándolo con una reunión divertida y con los regalos para demostrárselo.

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Graciela Irigoyen, estilista.

Es una fecha comercial importante que, desde siempre, impulsa a que todos pensemos en alguna manera de celebrar a los más chicos. Hoy ha cobrado otro sentido porque se refiere más a la defensa y promoción de los derechos de los niños y niñas que a veces parecen bastante relegados u olvidados. Pero creo que pasa inadvertida para las personas que no tienen niños en su familia.

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María Eugenia Lopolito, docente escuela media privada Buenos Aires

En el arcón de mis recuerdos infantiles guardo distintos tipos de sombreros y disfraces. Pasaba horas jugando con ellos cuando era chica. Me transportaban a lugares maravillosos. Y ahora, ya grande, gracias a ellos sigo pensando en los niños del mundo. Y, frente a la lamentable realidad de lo que sucede en las distintas escalas, con demasiadas vidas de niños perdidas por las guerras, las adicciones, la violencia, la explotación, la soledad y la angustia en todos sus matices, como mamá, educadora y catequista, me atrevo a escribir esta humilde oración por todos los niños:

Dios, papá, mamá y amigo de los pequeños, cuidá a todos los niños de la Tierra, protegelos de la explotación, del hambre y de todo tipo de violencia. Que como adulta, haciendo memoria de mi propio pasado, los acompañe en el presente para proyectarlos al futuro. Que estando siempre a su lado, no olvide la magia de sentirme hija y niña, donde todo es posible de lograr. Que reencuentre a esa niña- pirata, para surcar las calles y aguas embravecidas de este mundo, para llevarlos a puertos de paz, Dame la valentía de esa niña- heroína, para elegir siempre la verdad y hacer que todos elijan ese camino. Dame la alegría de esa niña- arlequín, capaz de regalar sonrisas y esperanza aún en los momentos de quiebres interiores. Dame la velocidad de esa niña- piloto, para salir sin la demora pesada del adulto al encuentro del prójimo y que el bendito delantal me haga siempre y a cada paso, amar, acompañar y sanar las almas y mentes de los niños, suscitando los mejores ingredientes de cada uno, variados y únicos como son, con la habilidad de la niña- cocinera. Que los niños puedan nacer, crecer y soñar en Paz, amar y hacer mejor el mundo, nuestra Casa Común, porque ellos necesitan de nosotros, pero nosotros, muchísimo más, necesitamos y necesitaremos siempre de ellos. AMÉN

A pesar de todas las propagandas, no pensemos tanto en qué comprarles o qué regalarles en este día. No los dejemos con la coronita del egocentrismo eternamente puesta, porque les hace mucho daño, ni tampoco los

dejemos atrás de todo de la lista. Levantemos la mirada del celular y de las urgencias que nos oprimen. Démosle la mano y volvamos a reflejarnos en sus ojos. Y en su mirada, volvamos a reencontrar la magia de jugar, reír, llorar y soñar juntos y sentir que todo es posible. Será el mejor regalo del Día del Niño.

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Ornella Cazzulani, psicóloga

El Día del Niño suele venir acompañado de regalos, festejos y publicidades que nos invitan a comprar juguetes o a “celebrar a los más pequeños”. Pero desde una mirada psicológica, esta fecha puede y debería ser una oportunidad para ir más allá del consumo y preguntarnos: ¿qué lugar ocupan hoy los niños y niñas en nuestra sociedad? ¿Qué necesidades emocionales, vinculares y subjetivas tienen? ¿Estamos escuchando verdaderamente su voz?

Los niños hoy crecen atravesados por múltiples estímulos, en contextos sociales muchas veces inestables, con adultos que también están exigidos por la velocidad, la tecnología y las demandas cotidianas. En ese entorno, el juego —que es la forma por excelencia en la que los niños expresan y procesan su mundo interno— muchas veces queda desplazado por actividades estructuradas o por pantallas.

Desde la psicología, sabemos que el desarrollo emocional, cognitivo y social de un niño se construye en vínculo con otros: con adultos que lo miren, que lo escuchen, que pongan palabras, que le ofrezcan contención y límites. Celebrar el Día del Niño y la Niña, no debería reducirse a entregar un juguete, sino a renovar un compromiso: el de garantizar sus derechos, su bienestar y su posibilidad de crecer en un entorno amoroso, respetuoso y presente.

Es también un llamado a visibilizar las desigualdades: no todos los niños tienen las mismas oportunidades. Algunos enfrentan situaciones de violencia, pobreza o abandono. Por eso, esta fecha es una invitación a la responsabilidad colectiva: familias, escuelas, profesionales y Estado, todos tenemos un rol en la construcción de infancias dignas.

En definitiva, el Día de las infancias, puede ser una excusa válida para regalar algo, pero sobre todo debería ser un recordatorio profundo: los niños no son el futuro, son el presente. Y merecen vivirlo con juego, palabras, afecto y respeto y límites que son los que generan contención, sostén desde el cual se proyecta el crecimiento.

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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