08/03/2021

TEMPORADA CON LOS HIJOS

El Árbol Gigante sigue acompañándolos en este tiempo tan particular. A continuación, les proponemos una reflexión de una profesional de la educación, quien nos brinda su mirada sobre este tema

UNA TEMPORADA CON LOS HIJOS...
por Lic. María Beatriz Maio


Escribo estas líneas cuando en Argentina estamos cursando la cuarta semana de cuarentena obligatoria.

Situación insólita, inesperada, inverosímil... singular para cada uno de nosotros.

Algunos, por las tareas que realizan, tienen mayores posibilidades de salir, circular por lugares más distantes de sus casas. pero la mayoría se encuentra restringida a espacios reducidos para la convivencia 24/7, en muchos casos con niños y no tan niños, y con tareas escolares que no siempre desean cumplir.

Los aparatos electrónicos desvían la atención de grandes, medianos y chicos. en este contexto, no es inusual que los niños estén abocados a alguna actividad, muchas veces mediada por una pantalla. los adultos tampoco se despegan totalmente de las noticias, los whatsapp, o el teletrabajo, que insume una cantidad inusitada de horas. así, las dificultades de concentración aparecen no sólo en los más chicos sino también en todos los miembros de las familias.

En circunstancias como las presentes, el reencuentro familiar en cuarentena se traduce muchas veces en conflictos. niños que demandan atención junto a adultos a los que se les hace difícil satisfacer estos requerimientos.

Sucede que tanto los niños, como los jóvenes y los adultos venimos teniendo contacto menos estrecho, físico, real, con seres queridos en situaciones de vida cotidiana. hoy, esto pasa a primer plano debido a la obligación de quedarnos en un mismo espacio y aparece, por qué no, también la necesidad de estar a solas o al menos de encontrar cierta paz.

Existe y circula una agobiante cantidad de información (y desinformación) a la que quizás dedicamos un tiempo precioso que restamos a la construcción de relaciones saludables entre padres e hijos. ¿cómo preservar a los niños y a nosotros mismos de tanta presión?

¿Cómo aprender a transitar estos tiempos con los recursos que tenemos? los recursos materiales y también de otra clase: la disponibilidad afectiva, emocional, psíquica. y la disponibilidad de tiempo.

Algo importante en estas circunstancias extraordinarias es reordenar las prioridades, comenzando por fortalecer los vínculos.

Así, la disponibilidad afectiva y psíquica por parte de los adultos debería estar atenta a las demandas internas propias y de los otros miembros de la familia. a las necesidades que se expresan a través del contacto físico, o la palabra, o el juego.

¿Cómo podemos armar un territorio de complicidades entre grandes y chicos?

Jugar, sin duda, es una propuesta muy apropiada para encarar estos momentos. posponer, en la medida de lo posible, las obligaciones para compartir un momento de recreo familiar.

Los juegos de mesa, los juegos del "como si" o las dramatizaciones, bailar, modelar con masas, pintar, dibujar... incluso cocinar con ellos, preparar juntos los recetarios de las comidas. son muchas las opciones.

Y.… la compu, la tele o la tablet, ¿las hacemos entrar en este recreo?

¿Por qué no? pero acá la demanda es hacia nosotros, adultos, para que seleccionemos el qué ver, qué compartir con ellos, buscando contenidos apropiados según edades, duración, calidad, gustos, mensajes que se transmiten. nosotros, los adultos haciendo de mediadores entre los niños y el material que vemos junto a ellos.

No los dejemos solos, necesitan nuestros aportes, nuestra compañía, nuestra "traducción". muchas veces, aun cuando los veamos tan "maduros" o con respuestas que nos sorprenden, hay escenas, frases que ellos solos no pueden elaborar o comprender. si bien es muy bueno para el desarrollo de los niños que sientan que quienes los rodean los ven capacitados para entender, resolver, hacer, esto no significa dejarlos solos.

Por el contrario, estar a su lado observando el proceso que van desenvolviendo y aportarles la ayuda necesaria en el momento oportuno hará que ellos puedan seguir adelante. así como cuando empiezan a pararse y dar sus primeros pasos no les soltamos la mano en lugares desconocidos hasta que los vemos seguros, y aun así estamos atentos a alguna necesidad que pueda surgir, tampoco los dejemos solos frente a los medios audiovisuales, tan interesantes y a la vez tan cargados de contenidos no aptos para todo público. tenemos una enorme y hermosa responsabilidad en tanto adultos en la crianza de los más jóvenes, acompañándolos en sus procesos.

Los recreos familiares, así como los recreos en la escuela, o el tiempo de refrigerio en el trabajo, también terminan. cada uno necesita de su espacio y tiempo a solas, en su intimidad.

Alternar los tiempos y espacios compartidos con otros donde cada uno se encuentre consigo mismo resulta un desafío saludable para todos.

María Beatriz Maio. Licenciada en Psicología (UBA). Profesora Nivel Inicial (USAL). A cargo de la sección Desarrollo psicológico de material Primera Infancia Primero para la Fundación Navarro Viola. Docente en la Facultad de Psicología (UBA) y de Nivel superior en las Escuelas Normales N° 1 y 6 de CABA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario